Mi hijo no quiere saber nada de mí Cómo manejarlo

Cómo

¿Alguna vez te has preocupado y has pensado: mi hijo pequeño no quiere saber nada de mí?

Cuando tu hijo dice no por primera vez, se inicia el camino hacia la independencia. Sin duda, es un hito que merece ser celebrado, pero también es una fase confusa del desarrollo.

¿Quién iba a imaginar que una palabra tan pequeña, en boca de un niño pequeño, podía tener un impacto tan enorme y desconcertante en los padres?

La fase del no suele comenzar cuando los niños 1 - 3 años .

Este periodo suele denominarse los "Terrible Twos", debido a las rabietas que (muy probablemente) se producirán de forma semirregular. Es un momento agotador para todos los implicados: los padres se sienten afrentados por este repentino cambio de comportamiento y los niños están indignados porque nadie parece entender sus necesidades y sentimientos inmediatos.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que en el cerebro de un niño pequeño pasan muchas cosas.

Según un Psicólogo familiar de NYC Durante este periodo, experimentan el desarrollo cerebral más rápido de sus vidas: la friolera de 700 nuevas conexiones neuronales cada segundo.

Bien, ahora que sabes esto, ¿qué debes hacer?

No es personal

Cuando su hijo pequeño le ataca a ti (el padre), lo más probable es que esté molesto con una situación más que con usted personalmente.

Por ejemplo, cuando intentas peinarle con cariño y ponerle la ropa, puede arremeter contra ti porque quiere arreglarse ella sola. La clave está en reconocer y respetar su deseo de hacer cosas de niña grande sin dejar de tener el control.

La curiosidad es la clave

Por naturaleza, tu hijo es una criatura curiosa; aprende sobre su entorno a través de experiencias prácticas. Como es incapaz de hacer preguntas en profundidad, tiende a acercarse a todo lo que le llama la atención.

Ciertamente, su mente inquisitiva es tanto una bendición como una maldición. Como padre, su trabajo es fomentar la exploración de forma segura, productiva y (siempre que sea posible) divertida.

Elige tus batallas

No vale la pena discutir cada vez que tu hijo dice que no o insiste en hacer algo sin tu ayuda.

Recuerda que, en el calor del momento, no será capaz de seguir un argumento lógico y lo más probable es que ambos acabéis más enfadados que cuando empezasteis. Además, si te acostumbras a defenderte, es posible que él deje de probar nuevas habilidades sólo para evitar la confrontación.

Unhappy kid

Reunirse a mitad de camino

Por supuesto, no quieres dejar que tu hijo dirija el espectáculo, pero ¿qué tal si te encuentras con él a mitad de camino?

Por ejemplo, en lugar de permitirle vestirse solo, acuerda que puede ponerse los pantalones y la camisa y tú le ayudarás con los zapatos y el abrigo; en lugar de dejar que se ate a su cochecito, deja que se suba él solo y tú aseguras la hebilla.

Planificar con antelación

No es posible mirar en el futuro y ver cuándo tendrá su próxima crisis, pero conociendo su personalidad, probablemente tengas una idea bastante clara de lo que puede hacerla estallar.

A su vez, siempre que sea posible, dése un tiempo extra para hacer frente a determinadas circunstancias, ya sea para acomodarse en el coche, hacer la compra, jugar en los columpios o pasear al perro. En serio, a veces basta con 10 minutos más para conseguirlo.

Crear espacio

Otra estrategia es establecer un espacio de juego designado donde su hijo puede explorar con seguridad e intentar diversas tareas apropiadas para su edad.

Por supuesto, el caparazón sigue necesitando supervisión, pero haz lo posible por mantenerte alejado y dejar que explore, descubra y resuelva las cosas por sí mismo.

Be toddler-friendly

Si no puedes crear una zona de juegos especial, intenta reorganizar lo que ya hay en tu casa.

Puedes apilar sus libros favoritos en una estantería baja a la que pueda acceder por sí sola; ten a mano cuencos de plástico y cucharas de madera mientras preparas la cena; deja que te siga en el jardín con una regadera de su tamaño.

Mantenga su sentido del humor

Aunque puede ser extremadamente frustrante ver a tu pequeño desplazarse por el camino de la independencia, también puede ser una gran fuente de diversión .

Por ejemplo, en lugar de irritarse cuando su hijo moje las zanahorias en la leche antes de comerlas, agradezca que limpie su plato. O cuando exija llevar calcetines desparejados o se haga una sola trenza, reconócelo como un signo de confianza en sí mismo.

Una declaración de los niños pequeños

Al final de un largo día, incluso un pequeño empujón de tu hijo puede parecer un castigo cruel e inusual.

Durante estos momentos, tómate un segundo para recordar que tampoco es fácil para tu pequeño. Tu hijo está creciendo a un ritmo tremendo, tanto física como mentalmente, y eso pasa factura.

La manera de seguir adelante es enfocar el comportamiento problemático del niño bajo una nueva luz.

En lugar de considerar la terquedad como un acto voluntario de desafío dirigido específicamente a ti, véala como una valiente señal de independencia en ciernes.

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